El vuelo de Hermes

Proyecto de investigación

Eustacio de Tesalónica

Es uno de los estudiosos bizantinos más prestigiosos y sin duda la figura literaria de referencia del siglo xii, autor de obras filológicas, retóricas, históricas y teológicas que ejerció gran influencia en la vida cultural bizantina a través tanto de sus composiciones como de sus discípulos. Entre 1166 y 1178 fue profesor de retórica en Constantinopla y es esta labor la que explica la composición de valiosos comentarios a los poemas de Homero y Dionisio Periegeta, así como otros perdidos sobre Píndaro y otros poetas. Desde 1178 hasta su muerte en 1195/6 fue arzobispo de Tesalónica, ciudad en la que dejó una impronta espiritual y cultural. En La toma de Tesalónica narra el saqueo normando de la ciudad acaecido en 1185.

Las Parekbolai o Comentarios a la Periégesis de Dionisio de Alejandría

Esta obra fue compuesta después de los ambiciosos y monumentales Comentarios a la Ilíada y la Odisea, a los se que hace referencia en distintos pasajes del comentario a la obra geográfica. Reenviar a su obra anterior permite a Eustacio evitar explicaciones sobre pueblos imaginarios como los etíopes orientales, los trogloditas o los erembos, y ceñirse a unas nociones geográficas marcadas por los descubrimientos alejandrinos. Los fundamentos de esa visión del mundo quedaban establecidos en los primeros versos del poema y en los correspondientes comentarios: una división en tres continentes, Libia, Europa y Asia; un océano rodeándolos sin interrupción e introduciéndose en la tierra continental en cuatro golfos/mares emparejados (el mar Negro con el golfo Arábigo, el mar Caspio con el golfo Pérsico) y en el mar interior, el Mediterráneo. En ese marco general, la descripción geográfica va sumando ingredientes a lo largo de una serie de recorridos que siguen las líneas de costa o saltan entre puntos de referencia de la navegación, dejando los pueblos del interior más desdibujados o incluso, en el caso de los más alejados del Mediterráneo, envueltos en las nieblas de la fábula y el desconocimiento. La península Ibérica, por ejemplo, se reduce al estrecho de Gibraltar, Gadira o Cádiz, Tartesos, el cabo de San Vicente, los Pirineos a cuyo pie habitan los cempsos; junto a ella, Ibiza y unas míticas islas Gimnesias.

Las anotaciones (organizadas sistemáticamente siguiendo el texto del poema) están precedidas por una carta introductoria que confirma el público al que estaba destinado el comentario, es decir, la clase educada constantinopolitana a la que pertenecían sus estudiantes, miembros de las familias aristócratas cuyos lazos conformaban las redes del poder imperial en época comnena. El destinatario de la carta es Juan Ducas, hijo de Andrónico Camatero, un estudiante de Eustacio que ha animado a su maestro a componer el comentario geográfico; el valor que ambos dan a la Geografía es referido de forma explícita: el conocimiento geográfico es útil para la vida, despierta el entendimiento del estudioso y los militares y el emperador lo pueden utilizar; asimismo, como cualquier otro conocimiento, es útil para distinguirse de aquellos que carecen de él. Un tío de Ducas, Juan Camatero, orador de renombre, escribió una Introducción a la Astronomía, y sabemos de él que consideraba los poemas de Arato y de Dionisio Periegeta obras complementarias y necesitadas de ilustración si los estudiantes pretendían comprenderlas en toda su complejidad.

Eustacio despliega una impresionante batería de fuentes en su comentario, a las que alude por lo general por el sobrenombre: así, igual que Dionisio es el Periegeta, Estrabón es el Geógrafo, Aristófanes el Cómico, Homero el Poeta… Pero las obras de referencia más usadas son sin duda Estrabón y Heródoto, que le permiten completar y precisar las alusiones del poema, descarnadas de puro sintéticas. Por otra parte, los rasgos distintivos de la Periégesis, su vocabulario arcaico y poco común, su expresión manierista, las cuestiones de toponimia y cartografía que suscita, las alusiones mitológicas, todo hacía necesarios los escolios exegéticos; estos complementaban una paráfrasis en koine contigua al poema en muchas copias bizantinas de la obra, que ayudaba a superar las dificultades de comprensión, confirmando el interés del contenido para sus lectores. Una versión en prosa, en todo caso, no resolvía todos los problemas ni ambigüedades del poema, así que Eustacio se aplica a la labor de consultar todos los textos que tenía a su disposición para valorar las informaciones no rara vez incompatibles y a menudo diferentes sobre los pueblos y lugares del mundo conocido. El profesor bizantino, con buen criterio, no pretenderá completar la información que da Dionisio añadiendo accidentes geográficos o gentilicios, sino explicarla y enriquecerla utilizando el formato de parekbolai o «anotaciones puntuales», esto es, «fichas» de contenido articulado sobre un único tema precedidas por hoti «Que…» (aunque puede haber añadidos complementarios encabezados por semeiosai «nótese» o por hora «fíjate en»).